martes, 5 de julio de 2011

ANALISIS DE OBRA: "LA ULTIMA COMUNION DE CALASANZ"

La Última Comunión de José de Calasanz.

Para iniciar el breve de esta hermosa pintura mostrada en la Gran Orden Escolapia, en Madrid, es de suma importancia mencionar al docente un resumen de la vida de nuestro Santo que además de ser un gran ministro de la Iglesia Católica de Roma, fue un importante amante de la historia, de las ciencias exactas y de la filosofía.
San José de Calasanz, sacerdote, pedagogo y santo español, fundador de la primera escuela cristiana popular de Europa, es decir fundador de la primera magistratura educativa de la Educación Básica del Mundo. Nació en Peralta de la Sal, provincia de Huesca, España, el 31 de julio de 1557.
Hijo de Pedro de Calasanz y de María Gastón, infanzones, fue el séptimo y último de sus hijos. La casa de Calasanz es una de las más antiguas de la nobleza aragonesa y trae su origen en los Fortuñones, rama segundona de la casa real de Aragón, señores de la villa y castillo de Calasanz.
Estudió filosofía, derecho, artes, teología y matemáticas en las universidades de Lérida, Valencia y Alcalá de Henares, y se doctoró en Lérida en ciencias Filosóficas.
Se ordenó sacerdote en el año 1583. Después de ordenado trabajó por un tiempo en las diócesis de Lérida y de Seo de Urgel. Tras unos años se trasladó en 1592 a Roma, con la intención de obtener un cargo en la jerarquía eclesiástica. Entre 1592 y 1602 estuvo de preceptor de los sobrinos del cardenal Marco Antonio Colonna y ayudando los domingos en la catequesis al párroco de la iglesia de Santa Dorotea, en la barriada del Trastévere. Fue aquí donde observó la gran cantidad de niños huérfanos y pobres que vivían en sus calles. José de Calasanz decidió que la atención de esos niños sería su principal labor y la materializó con la apertura de una pequeña escuela en las dependencias de la parroquia de Santa Dorotea del Trastévere, la que es considerada la primera escuela pública y gratuita de la Historia. En 1612 traslada la escuela a San Pantaleón, que se convertirá en la casa matriz de las Escuelas Pías. Pronto otros sacerdotes se le unieron y así nació la Orden de Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, que se extendieron por el resto de Italia, España y Alemania. A estos sacerdotes se les conoce en la actualidad como padres Escolapios.
Calasanz desde su juventud fue iniciado en la masonería por el Gran Oriente de Madrid, obteniendo hasta su muerte el 15°. Sin embargo en 1590 fue descubierto por un político de apellido Sandoval, cual fue a reportarlo contra el Obispado de Roma, el cual condenó a Calasanz por conspirar contra la Iglesia, por enseñar a sus alumnos ciencias que no tenían fines eclesiásticos y por predicar la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Condenado a prisión, Calasanz vio desde ella como su Orden fue cayendo hasta el punto de borrarlo del mapa. El Papado le concedió su cedula al más grande enemigo de Calasanz. Los masones sacaron a nuestro santo de la cárcel y lo confinaron a educar a los jóvenes en escuelas del gobierno.
Calasanz destituido de su Orden y bajado a canónigo enfermó a sus 89, pero valiente por destruir los dogmatismos cristianos, aceptó a su amigo Galileo Galilei, importante astrónomo y masón, como maestro de sus escuelas. Nuestro Santo siempre educó a los niños en la “Piedad y las Letras, en amor a Jesús, a la Virgen María y a la Divina Providencia, por que Educar es Servir”
En 1648, todavía en desgracia, muere Calasanz casi a los 91 años de edad, el 25 de agosto de 1648 en Roma, siendo enterrado en San Pantaleón. Ocho años después de su muerte, el papa Alejandro VII rehabilitó las Escuelas Pías. Su larga vida la dedicó a la educación de la juventud. San José de Calasanz es uno de los precursores de la pedagogía moderna.
Años después de su muerte se abrió su proceso de beatificación que se hizo efectivo en 1748, y posteriormente fue canonizado por el papa Clemente XIII. Su fiesta se celebra el 25 de agosto y su patrocinio sobre la educación católica el 27 de noviembre.
La Iglesia le concedió el título de “Muy Fiel Amante de la Orden de la Piedad de Cristo y de la Inmaculada Concepción” título muy importante expedido por el Papa Juan Pablo II en 2003. La Real Corona de España le concedió en el 1987 en su Altar del Palacio de Madrid, la “Gran Cruz de San Carlos”, condecoración más importante de España. La masonería le concede en su templo del Gran Oriente de Madrid una estatua de 1.45m de altura con la insignia de “Nuestro Más Gran Vigilante del Templo de Salomón y Espada de Sophia”
Actualmente, las llamadas Escuelas Pías, fundadas por Calasanz, se encuentran en todo el mundo. Los escolapios tienen colegios en África, localizados en Camerún, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, Gabón y Senegal. En América: Costa Rica, Nicaragua, México, Puerto Rico, República Dominicana, Cuba, Estados Unidos, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Venezuela. En Asia tienen colegios en Filipinas, Japón e India, y en Europa: Austria, Eslovaquia, España, Francia, Hungría, Italia, Polonia y República Checa.
En la ciudad de Veracruz existen Instituciones que son parte de la Orden Escolapia: Institutos Cristóbal Colón y Calasanz A.C.

Historia y Análisis de la Obra de Goya:


Fecha: 1819


Tamaño: 305 x 222 cm.

Material: Óleo sobre lienzo  
Estilo: Pre-romanticismo

El prior de las Escuelas Pías de San Antón de Madrid eligió a Goya para realizar un cuadro que decorase uno de los altares laterales de la iglesia del colegio. El maestro recibió 8.000 reales a cuenta y al recibir el segundo plazo, una vez entregado el lienzo, devolvió 6.000 reales como regalo al santo, junto a una obra religiosa titulada Cristo en el huerto de los Olivos. Este gesto demuestra el cariño de Goya a la comunidad religiosa en la que recibió sus primeras enseñanzas en su Zaragoza natal. El pintor recoge el momento de la última comunión de San José de Calasanz, quien estando muy enfermo en Roma decidió comulgar, acompañado de sus alumnos y colaboradores, en la iglesia de San Pantaleón. La figura del sacerdote se inclina para introducir la Sagrada Forma en la boca del santo, que de rodillas recibe la luz divina que incide sobre su cadavérico rostro. Esa potente luz también ilumina el grupo de jóvenes y hace intuir las arquerías del templo en el que se desarrolla la escena. Goya se preocupa por mostrarnos el estado de misticismo del santo y las expresiones de recogimiento ante la futura muerte que aparecen en los rostros de los colaboradores del pedagogo. La oscuridad en la que destacan dichos rostros llama aún más la atención del espectador. Técnicamente, no deja de ser una obra admirable al emplear una factura rápida y libre pero sin desentenderse de una buena base de dibujo, como podemos apreciar en las dos figuras principales, de enorme carácter escultórico. Las tonalidades empleadas son muy oscuras -preludiando las Pinturas Negras- lo que hace destacar el blanco del hábito del sacerdote o el dorado de la casulla. Las luces, sabiamente situadas, otorgan un aspecto ligeramente fantasmal a la composición, organizada en dos planos para evitar distracciones y centrar la contemplación en el santo. Existen diversas hipótesis sobre la presunta influencia de Ribera en el esquema de la obra, pensándose también en Velázquez, aunque Goya ha demostrado suficiente frescura e inteligencia para realizar una escena de estas características sin buscar ninguna fuente de inspiración.
El fondo negro y la paleta muy oscura (apenas zonas de rojo, amarillo y carnaciones) en contraste con el hábito blanco del sacerdote, están en consonancia con las Pinturas negras que inició por estas fechas.
Los dos cuadros citados pintados para los escolapios retoman la pintura religiosa española del Siglo de Oro. Incluso José Camón Aznar ha señalado que son el canto del cisne de la pintura religiosa occidental.[] Si bien los cambios desde la sociedad de los Austrias a la de los primeros años del siglo XIX ha dado un giro radical, sobre todo tras la difusión de las ideas de la Revolución francesa.
En mi opinión:
Para empezar el porqué de haber decidido realizar un análisis de la obra de Francisco de Goya es porque yo cursé durante 8 años en la escuela Calasanz AC. que es parte de la Gran Orden Escolapia. Desde muy pequeño fui educado en las enseñanzas de San José de Calasanz, es por eso que decidí tomar esta bella pintura para demostrarla a mi docente.
Nuestro gran pintor Goya, que es uno de los grandes educados por los Escolapios demostró infinitamente su amor por Calasanz, y basado en las anécdotas que escuchaba desde pequeño por sus docentes de la vida de nuestro Santo Patrono es como además de esta pintura, hizo otras de menor reconocimiento como: “El asesinato de Satanás por Calasanz”, “Ordenamiento de Calasanz”, “Calasanz y sus alumnos” y “Calasanz, pone un ojo a un niño”
Goya se pinta a él mismo en su obra siendo un niño, y se localiza atrás de la capa de Calasanz comulgando. Aunque el matiz de negro también puede representar el luto de la muerte de su Patrono, también indica la expresión Pre-romancista del Renacimiento Europeo.
Para mí es una obra que expresa tranquilidad y armonía, y una gran relación con el Santo Patrono de mi escuela pía.


 

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